domingo, febrero 18, 2007

Aprendiz de dedo chico








El aprendiz dejó al fin la teoría
pues de decenas de textos
hubo de leer sólo un capítulo
uno muy preciso por lo demás.

Le fue enseñada ni la más recóndita cavidad
ni las majestuosidades más curvilíneas
ni las voluptuosidades irresponsables
ni las técnicas para manos cortadas
mas todo sobre la protuberancia enroscada
la temperatura de los besos
el morder cuando se debe
los apéndices fríos
y los calores superpuestos
El degustar como parte
de hacer suyo el jirón
aquel que algunos dicen sirve sólo
para golpearse.

Primero entrenó los sesos
soportar la abdominia de cuerpos, de ese cuerpo
se puede ofrecer las carnes a cualquiera
pero los extremos a pocas.

Partió de abajo,
osó rendirse una y otra vez.
sin intentar disimular el anhelo
de frotar su lengua más arriba.

Utilizaba en ese entonces múltiples técnicas
todas infalibles puestas sobre el punto adecuado
Conocía sin lugar a dudas las mañas
de esas suaves tentaciones revisitadas.

Un maestro no personificado
le golpeaba las babas
cada vez que quiso adobar con ellas
destinos más apetecibles
Sí, más apetecibles, el olfato y las manías
y las hormonas animalescas no engañan.

Siempre vio cómo aprendices que creía ya avezados
se regocijaban con manjares naturales
caprichosamente dispuestos
caprichosamente delineados.
Se impacientaba allí en cuclillas
engolosinado de más alimento.

Pero ya en aquel puerto
la paciencia no supo aguardar más
Le cayó de improviso sobre los labios
A ella sobre un pie.

Dejó de pensar desafío
el goce multidireccional.
El tejemaneje elástico
del placer.

Al fin le fue permitido subir la escalera
sedienta de sus piernas
Y se abalanzó sobre ellas
velozmente paciente.

No requirió siquiera un reconocimiento
del terso territorio,
un éxtasis reinventado
ya les hervía cada líquido.

Sin sacar de su mano el dedo enroscado
sin armisticio momentáneo de por medio
dialogaron apasionadamente
aprendiz y entrepierna
Donde, y como sabemos todos
provocar orgasmos es mucho más fácil.


Como lo es esa lengua
sobre el mundo del cuerpo de ella
el mundo de su lengua se extiende hoy
sobre un cuerpo interminable.



(2006)

sábado, febrero 10, 2007

Siempre hay algo que sobra



Intentaba deducir qué era lo que en ese instante,
no podía ser que incluso en ese instante, demás estaba.

Y las páginas por mientras pasan, algunas sobran,
los momentos se aturden.
Se los entumece
con sentido trascendente,

una que otra alegoría pasajera
y más de un detalle inadvertido.

Una muy amiga sabe
que sabemos muchas lecturas.
Variadas conjeturas,
diversas perspectivas.

Desde ésta el tiempo
depende de conciencia,
y así sucesivamente
no es uno.

El único tiempo
es el personal.
El único a pesar
del desmembramiento,
del sobreanálisis,
de la teorización.

Es así que el que conozco
es mío.
A todos se nos repiten los momentos,
al unísono,
sólo escuchamos uno solo,
de muchos instrumentos sólo nuestros.

Estas unidades se encuentran.
Cuando la compañía arrecia.
Compartimos ahí la misma cantidad
de movimiento de palillos,
giro que describe en su viaje
una llamada hora.

El círculo completo dibujado
por una aguja
de un artilugio repetido
llamado reloj.

La estancia apacible
del gran cubículo de siendos,
inmóvil en cada momento
unidas y medibles por movimientos.

Y cuando estamos juntos, todos, pocos, dos,
ni siquiera al mismo ritmo
se nos van los compases,
la boca acongojada.

Hay quienes cuyos tiempos
están en antípodas,
otros con un sesgo.
Qué particular sentir cada uno
la mecánica de su vida,
el palco irrenunciable.

Pero a nosotros la membrana se nos diluye.
También los otros cuentos.
Se nos juntan las percepciones,
no las ideas ni lo individuos.
Pero ocupamos a veces los dos
un solo súbito compacto.

Diferenciables pero armónicas,
yo siento que nuestras vidas se mueven,
se nos van al mismo ritmo.
Los dos vivimos al mismo, mismo tiempo.

Hay ratos entonces, en que un receptáculo…
en que un tiempo personal sobra
.

Quizás alguien está aprendiendo, hoy,
a aprovecharlo.
Un paciente devorador eximio
que desea dos coevos, desorbitantes siendos.


(2007)