Suenan mejor en vivo
Había comenzado a creer que aquellos libros ya no estaban en blanco
Hubo un día de aburrirse de páginas desiertas,
y les vio ahora con ojos dibujados que permitían descifrarlas,
cuencas garabateadas en esmalte, sobre o bajo papel.
Conciencia tomó luego de que eran blancos la tinta y su hamaca,
pues que hasta la piel que le colgaba desde rincones lo era,
también el alba insurrecta, los llenos platos de migajas de gula y euforia,
el pellejo sobre el que se había derramado a gotas y ensueño.
¿Por qué rechazaban luz y luces esos perniles incipientes?
¿Qué acaso los redimía lo impecable de las alfombras, del tul?
Y miren como llegaron aquel día sin saberlo a uno de esos bosques,
tan verde como lo fue, por instantes, la sal de sus sudores.
Tan suya como lo sería si su memoria no se hubiera decolorado,
tan suya como si tuviera el disco en que almacenó los instantes.
Ese puto círculo que no grababa lo sentido,
sólo emulaba vagamente réplicas piratas.
(2006)